El Consejo Regional de Arequipa debate la posibilidad de derogar la ordenanza que establece cuotas laborales obligatorias para trabajadores afiliados al sindicato de construcción civil. La propuesta surge en un contexto donde diversos sectores denuncian que esta medida, implementada hace varios años, ha dejado de responder a la realidad económica y social actual.
Según autoridades consultadas, la norma inicialmente buscaba garantizar empleo a los obreros sindicalizados, pero con el paso del tiempo se ha convertido en un mecanismo que genera distorsiones. “No puede obtenerse un beneficio en desmedro de otro”, señaló un representante, al enfatizar que el contexto tras la pandemia exige replantear viejas reglas del sector.
El debate se centra en que estas cuotas, al ser impositivas, terminan afectando a gobiernos locales y empresas privadas, que se ven forzadas a contratar bajo presión. Incluso, se denuncian prácticas cercanas a la extorsión, cuando sindicatos paralizan obras en caso de incumplimiento, perjudicando no solo a las autoridades sino también a la población que espera la culminación de proyectos.
Otro punto en discusión es la libertad sindical. Al establecer cuotas fijas, los trabajadores terminan obligados a afiliarse a un sindicato específico para poder acceder a oportunidades laborales, lo que restringe su derecho a elegir con quién asociarse. Este monopolio sindical, según críticos, rompe la equidad y la competitividad en el mercado laboral.
A la par, especialistas consideran necesario evaluar la participación femenina en el sector. Actualmente, la presencia de mujeres en construcción civil es mínima y las cuotas vigentes no contemplan un enfoque de género. La propuesta de revisión también plantea introducir medidas que garanticen la inclusión y equidad dentro de los gremios sindicales.
El gerente regional consultado destacó que la salida no es eliminar de plano la norma, sino revisarla de manera concertada. “Debemos sentarnos a dialogar y mejorar lo que falla. No se trata de extremos, sino de encontrar un equilibrio que respete los canales democráticos y evite el uso abusivo de protestas que paralizan obras”, afirmó.
La discusión llega en un momento crítico: la actividad de construcción civil ha caído drásticamente en Arequipa, con una reducción de alrededor de 80 puestos de trabajo. De mantenerse la tendencia, más obreros podrían quedar desempleados y salir a protestar por la falta de oportunidades, agravando la crisis en un sector clave para la economía regional.