Una postulante a la carrera de Medicina en la Universidad Católica Santa María (UCSM), en Arequipa, denunció haber sido retirada de su examen de admisión y sometida a una revisión corporal invasiva por parte de una suboficial de la Policía, el domingo 24 de agosto. La familia de la menor, acusa a la institución y a la agente policial de vulnerar los derechos de la postulante.
Según relató la madre de la adolescente, Karla Peña, la estudiante fue intervenida a los 20 minutos de iniciado el examen por la suboficial Patricia Quispe, quien la condujo al baño y le ordenó quitarse la ropa, incluido el sostén y la ropa interior, con el objetivo de descartar que portara dispositivos electrónicos para copiar el examen. Tras comprobar que no llevaba nada, la joven fue devuelta al aula.
La víctima regresó nerviosa y avergonzada al salón, pero minutos después la misma suboficial volvió a ingresar para tomarle fotografías junto con su DNI. “Mi hija estaba con los nervios de punta, con las manos heladas. Me dijo: ‘Mamá, no sabes lo que me ha pasado. ¿Por qué a mí?’”, relató la madre, entre lágrimas.
La explicación dada por la policía, según la denuncia, fue que se confundió a la postulante con otra joven que llevaba ropa similar y que habría levantado sospechas. Sin embargo, nunca se ofrecieron disculpas formales ni se notificó a los padres de familia sobre lo ocurrido durante el examen de admisión.
La madre cuestionó la falta de supervisión de la universidad y denunció que ningún representante de la UCSM acompañó la intervención. “Si tenían sospechas, debieron esperar que mi hija terminara el examen y llamarnos a nosotros como padres. No podían hacerla desnudar sin autorización a una menor de edad”, reclamó.
Especialistas consultados señalan que esta acción contraviene derechos básicos, como la intimidad personal y la dignidad humana, reconocidos por la Constitución y tratados internacionales. Además, al tratarse de una menor de edad, se suma la vulneración de la Ley de Protección del Niño y del Adolescente.
La universidad, por su parte, ha evitado pronunciarse públicamente sobre el hecho. La madre relató que el lunes 25 acudió a buscar explicaciones al director de admisión, identificado como el señor Alvarrasín, pero nunca fue atendida. “Nos pelotearon de un lado a otro. Nadie asumió responsabilidad ni pidió disculpas”, denunció.
La Policía tampoco ha emitido un comunicado oficial. El procedimiento realizado por la suboficial Quispe carece de sustento legal, pues solo una autoridad fiscal, y en circunstancias muy específicas, puede ordenar una revisión corporal de esa naturaleza. Hacerlo durante un examen, sin la presencia de los padres ni consentimiento válido, configura una posible agresión sexual y abuso de autoridad.
La familia de la joven ha interpuesto una denuncia policial contra la suboficial y contra la institución universitaria. “Mi hija se preparó seis meses para este examen. En lugar de garantizar un proceso justo, la humillaron. Ella salió temblando, con vergüenza y sin poder rendir bien”, relató la madre. El caso abre un debate urgente sobre los límites de la seguridad en los exámenes y el deber de las universidades de resguardar los derechos de los postulantes.