Kipi, la robot educativa nacida en Huancavelica durante la pandemia, fue presentada en PERUMIN 37, en el Centro de Convenciones Cerro Juli en Arequipa. La iniciativa, liderada por el profesor Walter Velázquez con el respaldo de Kallpa Generación, busca acercar educación de calidad a comunidades rurales con limitado acceso a internet y herramientas pedagógicas.
El proyecto nació en 2020, cuando las restricciones sanitarias obligaron a suspender clases presenciales. Kipi permitió a niños de zonas alejadas mantener contacto educativo mediante un sistema interactivo que complementaba la labor docente. Según Luis Alburquerque, gerente de responsabilidad social de Kallpa, la robot “se convirtió en una alternativa vital para comunidades sin conectividad”.
Actualmente, Kipi ha evolucionado con contenido oficial aprobado por la Dirección Regional de Educación de Huancavelica. Además, enseña quechua, inglés y una lengua amazónica, incluso recuperando lenguas en riesgo de desaparecer. Este aporte ha convertido a la robot en una herramienta cultural además de educativa, fortaleciendo la identidad local.
Kallpa Generación instaló seis robots Kipi en escuelas cercanas a su central hidroeléctrica Cerro del Águila, beneficiando a cientos de niños. También desarrolló “mini Kipis”, kits que los propios alumnos pueden armar, promoviendo el aprendizaje en ciencia y tecnología desde temprana edad.
El proyecto forma parte del eje de responsabilidad social en educación de la empresa. “No lo vemos como un gasto, sino como inversión. La comunidad gana porque se desarrolla el territorio y la empresa fortalece su licencia social con la comunidad”, explicó Alburquerque en entrevista durante PERUMIN 37.
Kipi también cuenta con un “Kipi libro”, material interactivo con ejercicios de matemáticas, literatura y ciencias, además de información sobre cómo se genera energía hidroeléctrica. El propósito es vincular el conocimiento académico con la realidad de las comunidades beneficiarias.
El impacto del proyecto trascendió la educación y llegó al cine. La historia de Kipi fue llevada a la pantalla grande por la cineasta Sonaly Tuesta, resaltando el ingenio del profesor Walter Velázquez y la apuesta de Kallpa por la innovación social. Además, Kipi, a desarrollado un programa de radio que se difunde en una emisora local de Huancavelica y se puede escuchar en la plataforma de Spotify.
En PERUMIN 37, los asistentes pudieron interactuar directamente con la robot. Sebastián Valdivia, voluntario del evento, explicó que Kipi responde a comandos de voz, recita poemas, cambia de colores y cuenta historias inspiradas en la cultura de Huancavelica. “Los niños se emocionan, preguntan y se interesan por la robótica”, señaló.
El entusiasmo se refleja también en los propios estudiantes huancavelicanos, quienes, motivados por el proyecto, empezaron a diseñar sus propios modelos de robots utilizando materiales reciclados e impresiones 3D. “Este es un ejemplo de cómo la tecnología despierta vocaciones”, dijo Valdivia.
Con Kipi, Kallpa busca replicar esta experiencia en otras regiones, llevando innovación, cultura y educación como pilares de un desarrollo sostenible que aporte directamente a las comunidades más olvidadas del país, como parte de la responsabilidad de la empresa más grande del sector energético.