Hasta hace pocas semanas, Elizabeth Nina Yujra, suboficial de segunda de la Policía Nacional, se mostraba orgullosa en desfiles y eventos oficiales junto a su perro adiestrado. Su uniforme impecable y su presencia en redes sociales proyectaban la imagen de una agente ejemplar. Sin embargo, la fiscalía la acusa de ser parte de una peligrosa banda criminal.
El 24 de julio, un ganadero fue víctima de un asalto en su vivienda por cinco personas con chalecos de la PNP y pasamontañas. “Me dispararon cerca de la cara, me golpearon con la cacha del arma, me amarraron y se llevaron mi dinero”, relató el agraviado. Entre los atacantes reconoció de inmediato a la suboficial Nina Yujra.
Las investigaciones apuntan a que el atraco fue planificado junto a su hermano, Víctor Hugo Nina Yujra, también miembro de la PNP. Este habría puesto a disposición su camioneta Toyota RAV4 blanca para perpetrar el delito. Actualmente, él permanece prófugo de la justicia.
Elizabeth, de 33 años, integraba la unidad canina de Puno y participaba activamente en actividades institucionales y culturales. Para la fiscalía, esta proyección pública habría servido como coartada perfecta para encubrir sus actividades ilícitas.
El Poder Judicial dictó nueve meses de prisión preventiva contra la suboficial, quien fue trasladada al penal de mujeres de Lampa. El Ministerio Público continúa recabando pruebas y no descarta que existan más policías implicados en la organización.
Según Inspectoría, este no es un caso aislado: al menos 40 agentes en Puno son investigados por presuntos delitos como robos, extorsiones y vínculos con el narcotráfico. La detención de Elizabeth Nina Yujra reaviva la preocupación ciudadana por la corrupción interna en la Policía Nacional.
